“Otros mundos:”
Algunas cosas con el tiempo cambian, otras no. Se dice que durante muchos años tuvo esa
morada una vivienda desocupada porque nadie la quería alquilar, ya que en esta
había una marca muy rara y espeluznante mano de seis dedos de color roja que
causaba pavor a todas las personas que la observaban.
Todos los que se llegaron alquilar en esa morada
intentaron de muchas maneras tapar esa terrorífica marca. Algunos le pasaban
muy duro con agua y jabón, pero al rato de irse la humedad la mancha volvía.
Otros pintaban la pared, pero por más capas que le pusieran esta regresaba. Un
día uno puso un cuadro de el sobre la pared, pero al regresar a verlo la mano
se encontraba sobre aquel marco; y otro que se creyó más listo y le puso enfrente
un ropero, a toda hora escuchaba como si alguien golpeara la madera del mueble.
Muchos pensaron que aquello era cosa del diablo, por esta razón llamaron a un
sacerdote, pero no tuvieron resultado. Un día llegó un anciano muy tembloroso y
casi sin fuerza entró a ver la casa en la que había nacido, al ver aquella mano
de seis deditos sus ojos se iluminaron y se puso más tembloroso, coloco su mano
sobre la que se encontraba en la pared y dijo: Sí soy yo, hemos cumplido
hermanito, ya podemos irnos..., luego la huella desapareció y el señor cayó al
suelo y falleció.
El hermano que falleció después de haber visto la
huella, llegó a tener hijos, nietos y bisnietos.
Y se repitió la historia, él tuvo dos bisnietos que
eran gemelos y a sus once años eran idénticos. A ellos le hicieron la misma
pregunta ¿Cuándo sean adultos seguirán juntos a pesar de todo?
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